Convocatoria comisariado Espacio Depósito - 2022

Debajo de tierra de Zaida Trallero y Derelictes (y otras utopías) de Aina Pomar ganan el llamamiento a la contratación de proyectos de comisariados del espacio depósito del Casal Solleric 

Los proyectos Abajo tierra, de la comisaria Zaida Trellero Anduenza y Delitos (y otras utopías) de la comisaria Aina Pomar Cloquell han sido los ganadores de la llamada a la contratación de proyectos de comisariados 2022 del Casal Solleric para el espacio depósito. 

Estos dos proyectos han sido escogidos de entre los doce que se han presentado a esta convocatoria. El jurado, integrado por la directora general de Artes Visuales del Ayuntamiento, Aina Bausà, Clara Boj, Bartomeu Simonet, Beatriz Escudero y Raquel Victoria Rodríguez, ha querido destacar "la gran calidad de las propuestas presentadas y la dificultad en la selección de las mismas", que ha resultado muy ajustada. En este sentido, se ha querido hacer una mención especial a los proyectos "Todas las variaciones posibles", de Johana Caplliure, "Overlapping memorias", de Vera Martín Zelich y "Un organismo urbano" de Antonio Ruiz Montesinos. 

El proyecto Abajo tierra de Mario Santamaria al cuidado de Zaida Trallero propone pensar, desde la práctica artística, la «nube» como la que está en la industria tecnológica; un software y servicio de almacenamiento de los datos que se ejecutan en internet, desde su materialidad, proponiendo, de este modo, otro tipo de acercamiento más sensible. El jurado ha valorado la propuesta de trabajar espacio con la pieza on site, así como la exploración del territorio y ha destacado también "la temática muy pertinente en el momento actual, además de las acciones de mediación planteadas dentro del ámbito del educación". Mario Santamaria trabaja con patrones que va repitiendo en diferentes ubicaciones y, en este caso, toma el Casal Solleric para digitalizar las instalaciones ocultas del edificio para dibujar un nuevo «tour». 

En cuanto a Delitos (y otras utopías) de Erola Arcalís al cuidado de Aina Pomar toma como punto de partida una historia familiar donde los fragmentos de objetos representan las diversas versiones de historias incompletas. El jurado ha destacado que es "una propuesta muy esmerada, con una narración íntima y subjetiva y ha destacado también la propuesta de talleres que salen de los formatos habituales, presentando una propuesta participativa que hace un retorno al pasado para hacer un diálogo con la actualidad . 

El punto de partida es la historia familiar de un maestro de ribera de profesión e ideas poco convencionales, cuyo proyecto recopila restos de materiales y objetos encontrados en la valla donde hace treinta años hubo el barco y los reutiliza para crear esculturas efímeras, que son después fotografiadas con una cámara de gran formato. En su adaptación al Espacio Depósito del Solleric, este proyecto encuentra un contexto íntimo y misterioso para acoger una utopía.